Si la gama Defender se ha caracterizado por sus características como un vehículo robusto y especialmente adaptado para la aventura, la variante 130 que probamos hoy añade a esas virtudes la de convertirse también en una de las mejores herramientas de trabajo rural del mercado español, gracias a su amplio habitáculo capaz para cinco ocupantes, y a su enorme caja de carga.

Aunque no se puede negar que algunas versiones especiales del Defender, como las variantes «County», «Black» o «Tomb Ryder», han disfrutado de una imagen comercialmente llamativa, para los más puristas de la marca, y sobre todo del producto, la «verdad» única e irrefutable reside en las variantes más profesionales y, por lo tanto, las que menos concesiones hacen a lo que podría llamarse «todoterrenos de galería». Bajo este prisma, está claro que el rey indiscutible para los amantes del Defender en su estado más fiel, y desde luego el más espectacular por lo que a sus características como producto y dimensiones se refiere, es el Defender 130.

Y es que aunque se lo proponga, este maxi Pick-Up no puede pasar desapercibido, porque como hemos podido comprobar, es muy difícil ser discreto cuando se miden más de cinco metros de longitud, se superan los 2 metros de altura y la anchura roza los 1,8 metros. Pero es que además y por si esas medidas no fueran ya lo suficientemente espectaculares, encima el fabricante coloca bien alto a su producto para que lo vea todo el mundo, ya que la altura libre al suelo es de nada menos que 24 cm, muy superior a la del resto de sus hermanos de gama. Y por si eso no fuera suficiente, además potencia su imagen de robustez con la monta de unos muy camperos neumáticos de tacos en medida 7.50R16.

Y es precisamente en ese conjunto de espectaculares dimensiones y detalles estéticos donde reside su personalidad como modelo y su interés como producto. Porque si bien existen varios Pick-Up doble cabina como él en el mercado español, ninguno ofrece una apariencia tan TT ni una caja de carga tan generosa como la suya. De hecho, es el único que puede presumir de poder transportar a cinco adultos y, gracias a la suspensión reforzada con que viene equipado de serie el Defender 130, admitir hasta un peso total a mover de 3.500 kg.
Claro que, por otro lado, hay que ser conscientes que esas características estructurales y su orientación muy profesional tienen también una serie de contrapartidas que hay que asumir.

La primera es que acceder al interior del coche no es ciertamente una tarea fácil, porque la parte inferior del marco de las puertas está situada a más de 30 centímetros de altura y puede suponer un obstáculo insalvable para personas de edad o señoras con falda —en especial si es ajustada—.

La segunda es que en este Defender se ha prescindido de todo aquello que no tenga una función puramente práctica o profesional.

Aunque este Defender «extralargo» no dispone de las envidiables cotas TT de las variantes de carrocería corta, lo cierto es que en campo se desenvuelve bastante bien. Y es que el Defender 130 viene equipado con unos neumáticos de taco muy camperos, sigue disfrutando de unas reductoras cortísimas, sus recorridos de suspensiones son ciertamente generosos, y su sistema de tracción con bloqueo de diferencial central tanto en largas como en cortas, hacen difícil que las dificultades de una ruta muy campera le obliguen a detenerse. Tan sólo los pasos muy angostos pueden pararle, ya que sus dimensiones son ciertamente importantes y además su capacidad de maniobra está muy limitada por culpa de una dirección que gira muy poco.

Habrá quien piense también que su batalla de 3,23 metros es un serio handicap en uso muy trialero, pero lo cierto es que el coche la compensa bastante con una altura libre realmente espectacular de 24 centímetros, así como con el hecho de que su doble eje rígido ayuda a mantener bastante constante dicha altura libre.

Por lo que se refiere a su capacidad de vadeo, es también excelente, ya que la toma de admisión se encuentra situada a casi un metro de altura, permitiendo abordar aventura marinas de mayor envergadura que en cualquier otro TT.

Subidas/bajadas
Plena fortaleza: los neumáticos de taco y unas reductoras realmente cortas permiten a este Defender atacar con éxito todo tipo de subidas y bajadas, por fuertes que sean las rampas, ya que el poderío que entrega el motor es realmente importante incluso aunque el coche esté bastante cargado.

Zanjas
Como si nada. La enorme batalla de este Defender se convierte en un excelente aliado para superar zanjas, ya que casi siempre tendremos tres ruedas apoyadas en el suelo. Y si no es así, bastará con bloquear el diferencial central y apoyar un poco con el freno de mano para superar la dificultad.

Paso de crestas
No es mi terreno. Este es el obstáculo que más problemas puede plantear al Defender 130, ya que la batalla de 3,23 m es realmente importante. No obstante, el fabricante ha mejorado el ángulo de cresta a base de dotar al Land Rover de una espectacular altura libre de 24 cm, con la que se reduce al mínimo la influencia de esa gran batalla. Además, los largueros del chasis protegen bastante a la mecánica.