Coches para el recuerdo: Opel Kadett GSi
Las siglas GTI/GSI fueron iconos de veneración en los años 80’. Todavía hoy mucho tiempo después, algunos de esos deportivos no se borran de nuestra memoria. Como el Opel Kadett GSi.
La familia Opel Kadett nació en los primeros años de la década de 1960, quedando encuadrada como el escalón más básico en la oferta de la marca. Eso sí, no tardó demasiado tiempo en disponer de una amplia gama de carrocerías y mecánicas. Ya en los años ochenta, con el lanzamiento del Corsa, el Opel Kadett subió de estatus y fue colocado en el segmento intermedio de mercado. La nueva serie presentada para la temporada 1984-85 introducía las carrocerías semibreak, berlina y break (Caravan).
Pero fue en 1987, año de fabricación del ejemplar que traemos hoy como “Coche para el recuerdo”, cuando alcanzó la repercusión que merecía. Su ya mítica versión Opel Kadett GSi montaba el motor de dos litros de cilindrada e inyección, que rendía 130 CV de potencia a 5.600 rpm y que superaba los 200 km/h de velocidad punta. Sustituía a la antigua variante, con la misma carrocería de dos puertas, que equipaba el motor de 1.800 cm3 de cilindrada, también de inyección.
El Opel Kadett se ganó entonces a pulso su protagonismo en prácticamente todas las conversaciones en las que aparecían las siglas GTI, para imponer entonces sus correspondientes GSI como argumento de peso. Y lo cierto es que el buen sabor de boca que dejó aún perdura hoy día. Quizá fruto de aquello y pese a tener cierta injusta reputación de “coche de macarras” como tantos otros modelos de la época, el Kadett GSi sigue siendo una opción de lo más tentadora.
El propietario de la unidad de nuestro artículo es un coleccionista salmantino, quien nos cuenta las razones de su elección: “Siempre me han gustado los coches rápidos y deportivos y, ahora que rondo los cuarenta años, miro con nostalgia aquellos tiempos de juventud, en los que prácticamente todos los compactos de gran tirada disponían de una versión de altas prestaciones en su gama, que aplacara en parte los fogosos impulsos de los jóvenes de aquella época. El Renault 5 tenía el GT Turbo; el Volkswagen, el Golf; el Peugeot 205 y el Citroën Visa contaban con sus variantes GTI y el Fiat Uno, el Turbo. Eran los –felices ochenta- y el Opel Kadett GSi ocasionó toda una revolución en este tipo de automóviles, no sólo por su línea avanzada, su tecnología y su tablero digital, sino por su sólido acabado alemán, sus asientos Recaro, su potencia, su aceleración de 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y, sobre todo, por su equipamiento. La lástima era su elevado precio, ya que superaba holgadamente la barrera del millón y medio de pesetas. Esas siglas GTI o GSI quedaron marcadas a fuego, constituyendo un oscuro objeto de deseo que todos los jóvenes aficionados a los coches queríamos poseer.”
El Opel Kadett GSi resulta hoy un coche nada fácil de encontrar en buen estado de conservación. Y además, de origen, debido a que las unidades posteriormente vendidas en el mercado de ocasión pasaron por manos poco cuidadosas en su mayor parte, generó un parque de Kadett GSi con aditamentos alejados del equipamiento de serie del modelo y algunos, incluso, próximos al universo del tunning.
“Con el paso del tiempo quise adquirir un GSI equilibrado, es decir, que estuviera en buen estado de uso, que no precisara de una restauración integral y que hubiera tenido una buena vejez, libre de accesorios extraños, chips potenciados y otros regalos tan habituales en los segundos y terceros propietarios de este tipo de automóviles. La oportunidad surgió en 2006, cuando descubrí este ejemplar a través de un foro de Internet. Me puse en contacto con el dueño, que no quería deshacerse de él sin tener la certeza de que caía en buenas manos. Hube de explicarle mi afición por los vehículos clásicos y sólo entonces accedió a vendérmelo, incluso a buen precio”, nos comenta.
A los dos días, nuestro protagonista sacó el billete de autobús para Madrid y la vuelta a casa la hizo rodando en su ya flamante Opel Kadett GSi. El coche andaba más de lo que él pensaba, así es que, al llegar, lo primero que hizo fue comprobar si el motor era el original. Y lo era, en efecto. Su estado de conservación era excepcional. Tenía 115.000 km reales, un único dueño, las revisiones regulares habían sido pasadas en el servicio oficial de la marca y siempre había estado guardado en cochera. “Como precaución le cambié las correas, filtros y líquidos. Sin embargo, he rodado poco con él, aunque lo pongo en marcha con regularidad. Como acostumbro a ponerles motes a mis coches, a éste le llamo –Borjamari-, pues no había niño-pera en la época que no tuviera su Kadett GSi”. Palabra de su propietario.
Opel Kadett GSI | 1987 |
Motor | Delantero transversal. 4 cilindros en línea. 1998 cm3. |
Potencia | 130 CV a 5.600 rpm |
Transmisión | Tracción delantera. Cambio de 5 velocidades |
Velocidad máxima | 205 km/h |
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