Audi Q5 vs Volvo XC60: en busca del mejor SUV premium y Diesel
Si estás pensando en comprar un SUV de gran calidad e infinita tecnología, los nuevos Audi Q5 y Volvo XC60 son, quizás, las dos mejores alternativas hoy. Los enfrentamos y medimos con motores Diesel de 190 CV.
El segmento de los SUV no para de aportar interesantes novedades. Tanto los fabricantes generalistas como los considerados premium se han lanzado en los últimos años en una especie de carrera frenética por lanzar más y más modelos de este tipo. En el caso de las marcas premium o de lujo, ocupan un lugar de referencia tanto el Audi Q5 como el nuevo Volvo XC60, que enfrentamos en versión Diesel 2.0 TDI 190 CV quattro (el Q5) y D4 190 CV AWD (el XC60).
Tanto el Audi Q5 como el Volvo XC60 mantienen un estilo de gama muy marcado. Más familiar el del Audi, cuyos diseñadores van evolucionando de una manera sutil aunque firme el diseño en cada uno de los modelos que van renovando, manteniendo así la continuidad en el éxito. El Volvo, por su parte, marca una ruptura con su anterior entrega y adopta la plataforma y el diseño estrenados en el S90, más elegante y con un interior rompedor. Los tradicionales botones han sido sustituidos por una gran pantalla táctil multifunción que si bien sí obliga a un tiempo de adaptación y no resulta del todo fácil de manejar en marcha, sí cuenta con un eficaz control por voz que gestiona climatización, entretenimiento y navegación, entre otros.
PRESTACIONES | Audi Q5 2.0 TDI 190 quattro | Volvo XC60 D4 190 AWD |
Acel. 0-100 km/h | 8,7 s | 9,1 s |
Acel. 0-1000 metros | 30,36 s | 30,44 s |
Sonoridad 100 km/h | 62,3 dBA | 64,6 dBA |
Sonoridad 120 km/h | 65,4 dBA | 67,9 dBA |
Frenada desde 140 km/h | 68,2 m | 73,31 m |
Peso en báscula | 1.977 kg | 1.933 kg |
Visualmente, el Volvo XC60 puede dar una imagen de mayor rotundidad que puede hacerle parecer más grande, más SUV, que el Audi Q5. Esa sensación puede quedar reforzada por un marco de la puerta más marcado, que para vencerlo e introducir los pies en el habitáculo obliga a levantar los pies nada menos que 4 cm extras, si bien apenas hay diferencias de 1 cm en cuanto a la altura al asfalto o al piso del coche que vayamos a ir sentados. Sí ofrece el Volvo XC60, en cambio, una mejor capacidad off road, con un ángulo de aproximación algo más favorable, pero sobre todo con una suspensión con algo más de recorrido en ambos trenes y, sobre todo, una altura libre al suelo de todo terreno «de verdad», nada menos que 26 cm que dejan en evidencia a los buenos 22 cm del Audi (los dos con suspensión neumática opcional por 2.839 y 2.835 euros respectivamente).
Audi Q5 TDI y Volvo XC60 D4: comportamiento
Ambos cuentan con una variedad de equipamiento tan amplia que desde su capacidad prestacional hasta su conducción van a verse influidas por la dotación que se haya incorporado. En este caso, tanto Audi como Volvo habían «echado el resto» al configurar las unidades de pruebas e incorporaban suspensión neumática, llantas de 20” de diámetro con neumáticos de perfil ultrabajo, cambios automáticos, asientos opcionales multicontorno… de forma que podemos valorar cómo estos coches pueden llegar a ser más que como son de base. Y el resultado es, simplemente, magnífico, aunque condicionado por el sobrepeso de ese equipamiento tanto en cuanto a consumo como en términos de agilidad. Pese a todo, estos motores Diesel hacen gala de un comportamiento excelente, con un empuje notable y sus posibles carencias a bajo régimen, si las hubiera, filtradas por sus excelentes cambios automáticos, algo más rápido el del Audi, que también se asemeja más en su conducción a una gran berlina. Pese a todo, la igualdad es máxima en cuanto a aceleración y recuperación de velocidad y, si bien los dos quedan ligeramente por detrás del excepcional Mercedes GLC con su motor de doble turbo, ambos se mueven en unas cifras tan destacadas como las sensaciones que se viven al volante.
CONSUMOS | Audi Q5 2.0 TDI 190 quattro | Volvo XC60 D4 190 AWD |
Consumo en ciudad | 7,8 l/100 km | 7,9 l/100 km |
Consumo en carretera | 6,2 l/100 km | 5,9 l/100 km |
Consumo medio | 6,8 l/100 km | 6,7 l/100 km |
La conducción va a ser cómoda y placentera, pero con algunas diferencias entre sí. Así, el Audi Q5 cuenta con siete modos diferentes de conducción y mantiene memorizado el último que se hubiera seleccionado, en tanto que el Volvo cuenta con dos menos y selecciona en cada arranque el modo Confort, lo que obliga a elegir en cada trayecto la configuración preferida. Al margen, la dirección del modelo sueco es un poco menos directa y su suspensión ofrece un tacto menos rígido que el alemán que, incluso en sus modos más confortables, ofrece una pisada tremendamente sólida. Unido a la imponente monta de neumáticos (225/45 R20), el Q5 hace llegar de una manera más nítida al habitáculo las vibraciones producidas por el asfalto rugoso o en mal estado que su rival. El XC60 mantiene un punto adicional de suavidad en todo momento, incluso en el modo más deportivo, que si bien puede traducirse en más balanceo de carrocería e inferioridad en cuanto a rapidez de reacciones, no resulta para nada exagerado y no se muestra torpe entre curvas, de forma que puede satisfacer plenamente, especialmente a quienes prefieran la dulzura en un automóvil.
El Volvo XC60 también puede frenar en menos distancia que BMW X3 o Mercedes GLC, aunque no alcanza el extraordinario resultado del Audi Q5. Eso sí, el XC60 utilizado para las mediciones técnicas iba calzado con llanta de 18” y neumáticos de 235/60 —una monta más lógica y versátil que la de la unidad empleada en la sesión de fotos que además maximiza la sensación de calidad de la amortiguación—.
ESPACIO | Audi Q5 2.0 TDI 190 quattro | Volvo XC60 D4 190 AWD |
Anchura delantera | 147 cm | 148 cm |
Anchura trasera | 142 cm | 143 cm |
Altura delantera | 92/100 cm | 90/98 cm |
Altura trasera | 93 cm | 95 cm |
Espacio para piernas | 65/75 cm | 75 cm |
Maletero | 475/650 litros | 450 litros |
Audi Q5 TDI y Volvo XC60 D4: interior
Los interiores no presentan grandes diferencias en cuanto a capacidad: apenas un centímetro aquí o allá (más ancho el Volvo XC60, aunque también con algo menos de espacio vertical) que, sin embargo, tienen menos importancia que la versatilidad que aporta al Audi Q5 el poder avanzar el asiento trasero. Es opcional, cuesta apenas 400 euros, y sus 10 cm de recorrido permiten al maletero poder pasar de los 475 l a los 560 l. Eso sí, en esas condiciones el espacio para las piernas de los pasajeros traseros será escaso; apenas el que esperaríamos de un pequeño Audi A1, pese a lo cual está homologado para cinco pasajeros. El de la plaza central no lo pasará bien. Una banqueta más corta y, sobre todo, un túnel de transmisión muy prominente condicionarían la comodidad de modo más acusado que en el caso del XC60. En éste, aunque la comodidad también será cosa de dos, un tercer ocupante lo tendría un poco mejor durante trayectos cortos. En cambio, cuatro pasajeros gozarán de un tratamiento exquisito. No en vano estamos ante dos de los SUV medios premium más interesantes del momento: más innovador uno, más clásico y orientado hacia la carretera el otro, pero magníficos ambos representantes de una categoría, la de los SUV que lejos de estar en decadencia, no deja de ganar popularidad.
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PRESTACIONES | Audi Q5 2.0 TDI 190 quattro | Volvo XC60 D4 190 AWD |
Acel. 0-100 km/h | 8,7 s | 9,1 s |
Acel. 0-1000 metros | 30,36 s | 30,44 s |
Sonoridad 100 km/h | 62,3 dBA | 64,6 dBA |
Sonoridad 120 km/h | 65,4 dBA | 67,9 dBA |
Frenada desde 140 km/h | 68,2 m | 73,31 m |
Peso en báscula | 1.977 kg | 1.933 kg |
Visualmente, el Volvo XC60 puede dar una imagen de mayor rotundidad que puede hacerle parecer más grande, más SUV, que el Audi Q5. Esa sensación puede quedar reforzada por un marco de la puerta más marcado, que para vencerlo e introducir los pies en el habitáculo obliga a levantar los pies nada menos que 4 cm extras, si bien apenas hay diferencias de 1 cm en cuanto a la altura al asfalto o al piso del coche que vayamos a ir sentados. Sí ofrece el Volvo XC60, en cambio, una mejor capacidad off road, con un ángulo de aproximación algo más favorable, pero sobre todo con una suspensión con algo más de recorrido en ambos trenes y, sobre todo, una altura libre al suelo de todo terreno «de verdad», nada menos que 26 cm que dejan en evidencia a los buenos 22 cm del Audi (los dos con suspensión neumática opcional por 2.839 y 2.835 euros respectivamente).
Audi Q5 TDI y Volvo XC60 D4: comportamiento
Ambos cuentan con una variedad de equipamiento tan amplia que desde su capacidad prestacional hasta su conducción van a verse influidas por la dotación que se haya incorporado. En este caso, tanto Audi como Volvo habían «echado el resto» al configurar las unidades de pruebas e incorporaban suspensión neumática, llantas de 20” de diámetro con neumáticos de perfil ultrabajo, cambios automáticos, asientos opcionales multicontorno… de forma que podemos valorar cómo estos coches pueden llegar a ser más que como son de base. Y el resultado es, simplemente, magnífico, aunque condicionado por el sobrepeso de ese equipamiento tanto en cuanto a consumo como en términos de agilidad. Pese a todo, estos motores Diesel hacen gala de un comportamiento excelente, con un empuje notable y sus posibles carencias a bajo régimen, si las hubiera, filtradas por sus excelentes cambios automáticos, algo más rápido el del Audi, que también se asemeja más en su conducción a una gran berlina. Pese a todo, la igualdad es máxima en cuanto a aceleración y recuperación de velocidad y, si bien los dos quedan ligeramente por detrás del excepcional Mercedes GLC con su motor de doble turbo, ambos se mueven en unas cifras tan destacadas como las sensaciones que se viven al volante.
CONSUMOS | Audi Q5 2.0 TDI 190 quattro | Volvo XC60 D4 190 AWD |
Consumo en ciudad | 7,8 l/100 km | 7,9 l/100 km |
Consumo en carretera | 6,2 l/100 km | 5,9 l/100 km |
Consumo medio | 6,8 l/100 km | 6,7 l/100 km |
La conducción va a ser cómoda y placentera, pero con algunas diferencias entre sí. Así, el Audi Q5 cuenta con siete modos diferentes de conducción y mantiene memorizado el último que se hubiera seleccionado, en tanto que el Volvo cuenta con dos menos y selecciona en cada arranque el modo Confort, lo que obliga a elegir en cada trayecto la configuración preferida. Al margen, la dirección del modelo sueco es un poco menos directa y su suspensión ofrece un tacto menos rígido que el alemán que, incluso en sus modos más confortables, ofrece una pisada tremendamente sólida. Unido a la imponente monta de neumáticos (225/45 R20), el Q5 hace llegar de una manera más nítida al habitáculo las vibraciones producidas por el asfalto rugoso o en mal estado que su rival. El XC60 mantiene un punto adicional de suavidad en todo momento, incluso en el modo más deportivo, que si bien puede traducirse en más balanceo de carrocería e inferioridad en cuanto a rapidez de reacciones, no resulta para nada exagerado y no se muestra torpe entre curvas, de forma que puede satisfacer plenamente, especialmente a quienes prefieran la dulzura en un automóvil.
El Volvo XC60 también puede frenar en menos distancia que BMW X3 o Mercedes GLC, aunque no alcanza el extraordinario resultado del Audi Q5. Eso sí, el XC60 utilizado para las mediciones técnicas iba calzado con llanta de 18” y neumáticos de 235/60 —una monta más lógica y versátil que la de la unidad empleada en la sesión de fotos que además maximiza la sensación de calidad de la amortiguación—.
ESPACIO | Audi Q5 2.0 TDI 190 quattro | Volvo XC60 D4 190 AWD |
Anchura delantera | 147 cm | 148 cm |
Anchura trasera | 142 cm | 143 cm |
Altura delantera | 92/100 cm | 90/98 cm |
Altura trasera | 93 cm | 95 cm |
Espacio para piernas | 65/75 cm | 75 cm |
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Los interiores no presentan grandes diferencias en cuanto a capacidad: apenas un centímetro aquí o allá (más ancho el Volvo XC60, aunque también con algo menos de espacio vertical) que, sin embargo, tienen menos importancia que la versatilidad que aporta al Audi Q5 el poder avanzar el asiento trasero. Es opcional, cuesta apenas 400 euros, y sus 10 cm de recorrido permiten al maletero poder pasar de los 475 l a los 560 l. Eso sí, en esas condiciones el espacio para las piernas de los pasajeros traseros será escaso; apenas el que esperaríamos de un pequeño Audi A1, pese a lo cual está homologado para cinco pasajeros. El de la plaza central no lo pasará bien. Una banqueta más corta y, sobre todo, un túnel de transmisión muy prominente condicionarían la comodidad de modo más acusado que en el caso del XC60. En éste, aunque la comodidad también será cosa de dos, un tercer ocupante lo tendría un poco mejor durante trayectos cortos. En cambio, cuatro pasajeros gozarán de un tratamiento exquisito. No en vano estamos ante dos de los SUV medios premium más interesantes del momento: más innovador uno, más clásico y orientado hacia la carretera el otro, pero magníficos ambos representantes de una categoría, la de los SUV que lejos de estar en decadencia, no deja de ganar popularidad.
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