Prueba: Volkswagen Polo 1.2 TSI 110 BMT, utilitario tecnológico
El Volkswagen Polo se quiere hacer mayor y para ello juega con sistemas de seguridad heredados de Golf y Passat. Veamos qué tal va con su reciente lavado de cara y el motor de gasolina 1.2 TSi de 110 caballos.
La quinta generación del Polo acaba de recibir una importante actualización. Han pasado cuatro años desde que fuese lanzada al mercado y necesitaba ponerse al día en muchos aspectos para seguir en plena forma durante algún tiempo más. La vida media habitual de un modelo en la mayoría de marcas está entre los 6 y 8 años, con una "modernización" importante a la mitad. Como es lógico, en el nuevo Polo no cambia ni su base ni su estructura, y mucho menos su orientación. La remodelación en este caso ha ido enfocada principalmente a la parte mecánica, pensada principalmente para cumplir con la obligada e inminente norma Euro VI. Como complemento añade, además de la lógica actualización estética (ópticas, embellecedores, llantas, diseño de asientos y disposición de mandos) un más que interesante batallón de nuevos dispositivos, heredados todos de la construcción modular de Golf y futuro Passat. Esto último, además de servir a Volkswagen como una importante arma de marketing, dota al Polo del apellido tecnológico, pues la gran mayoría de esos sistemas son inéditos entre los utilitarios.
Así puedes poner en tu Polo un sistema de frenado de emergencia anti-colisiones múltiples, un detector de fatiga, el sistema de observación del entorno con función de frenado de emergencia, un control de crucero adaptativo, la cámara de visión trasera, la amortiguación de dureza variable, los faros full Led o un completo sistema de infoentretenimiento. Todo esto está muy bien y te permite llegar a tener un Polo más seguro y tecnológico, si bien personalmente creo que al final serán más un argumento comercial de venta, puesto que lo habitual es que el potencial cliente de un utilitario apueste por la economía. En cualquier caso, bienvenidos sean porque todos ellos son interesantes.
Como primera prueba de un Polo empezamos con el cinco puertas con acabado Sport, el tope de gama, y el motor 1.2 TSI en versión de 110 caballos. Verás a lo largo de esta prueba que se trata de una combinación sin complicaciones, como la mayoría de productos del Grupo Volkswagen, en las que tanto los defectos como las virtudes son características y no problemas o ventajas; lo hace todo bien y no tiene defectos serios, pero tampoco tiene una personalidad que se salga de lo común, para bien y para mal.
Dentro de las opciones de gasolina puedes acceder al motor 1.2 TSI con dos potencias, 90 y 110 CV. Se trata de un cuatro cilindros de agradable funcionamiento, hecho en aluminio con culata multiválvulas, turbo e intercooler. La diferencia entre las dos potencias radica en la gestión electrónica y en el equipamiento, ya que el 110 CV sólo está con acabado Sport. De ahí que adquirir un 90 CV con acabado Sport y luego modificar su electrónica con una reprogramación no oficial podría ser una opción muy interesante y es lo que nos pide el cuerpo. Sin embargo, la diferencia económica es de tan sólo 500 euros, con los que te aseguras mantener la garantía oficial y dispones de caja de cambios de 6 velocidades en lugar de la de 5 que lleva el de 90 CV. Si me das a elegir, por 500 euros yo haría el esfuerzo y me olvidaría del 90 CV y eso que en coches así me gustan más las cajas de 5 que de 6 marchas; básicamente ahorras peso y trabajas menos.
El funcionamiento es más que aceptable. Hay un buen nivel prestacional y de consumos. No ganarás un Gran Premio con él, pero tampoco echarás en falta más motor para tener alegría mecánica en situaciones de climatizador a tope y coche cargado a velocidades legales; eso sí, tendrás que pasar las 1.500 vueltas para ello, fruto de los largos desarrollos que te servirán para gastar poco en carretera y, entre otros, cumplir la obligada normativa Euro VI. Incluye ya el sistema Stop&Start y recuperación de energía, el primero con un agradable funcionamiento; el segundo, como en todos los coches no híbridos que la llevan, ni te enterarás que está funcionando.
El Polo era ya un coche fácil y ahora sigue en la misma línea, pero con algo más de precisión. Cambio radical, incorpora la dirección electromecánica, que añade confort en el uso diario y no plantea inconvenientes en la conducción alegre. Hay buen aplomo en ambos trenes y la amortiguación ofrece confort sin estropear la dinámica. En este apartado es un buen coche y cumple con lo esperado. Podrías añadir la amortiguación de dureza variable, con la que lo haces más confortable o más deportivo a golpe de botón, pero a mi me ha gustado como va de serie, no la veo imprescindible. En esta versión se añade de serie durante su lanzamiento el control de velocidad de crucero adaptativo y la función de frenado de emergencia en ciudad, que añaden seguridad. El primero lo veo muy útil y funciona de maravilla, mientras que el segundo a veces frena antes de lo que tú lo habrías hecho y puede molestarte, si bien en un momento de despiste tuyo también puede salvar vidas. Se puede desactivar, tu decides. Ambos sistemas costarían poco más de 500 euros.
De la habitabilidad poco te puedo decir, puesto que se mantiene inalterada con respecto al anterior. Dado su tamaño, tiene buen espacio interior y dispone de un buen maletero. La vida a bordo, aunque teóricamente debería ser la misma, mejora con la adopción del sistema de infoentretenimiento, que me ha gustado en su funcionamiento más que en el Golf. En esta versión también es de serie con el paquete lanzamiento. Por fin se dispone de Bluetooth en el Polo, algo que sus rivales hace tiempo que ofrecían, y cuenta con una pantalla táctil a color y un montón de funciones para disfrutar de las funciones de tu teléfono. El acabado Sport está bien equipado y más con la adopción del paquete de lanzamiento que, además de lo mencionado, incluye el climatizador, el sensor de lluvia, y el volante multifunción en piel heredado del Golf.
En definitiva se trata de un utilitario correcto, sin grandes emociones, pero correcto, con buen comportamiento y habitabilidad. Viene bien equipado de serie, en especial ahora con la oferta de lanzamiento. Si no quieres un Polo Diesel éste 1.2 TSI es una buena alternativa, 1.000 euros más asequible que el 1.4 TDI. Por 1.500 euros más puedes añadir el cambio DSG de 7 velocidades que te recomiendo sobre todo si vas a hacer mucha ciudad.