Mercedes 190 SL, 60 años de historia del icono descapotable alemán
Uno de los descapotables míticos de la historia del automovilismo sopla 60 velas en este 2015. Se presentó en el Salón de Ginebra de 1955 y pasó a la historia por su gran popularidad, con un total de 25.881 unidades producidas entre 1955 y 1963. Hablamos del Mercedes 190 SL, el ‘hermano pequeño’ del también mítico 300 SL ‘alas de gaviota’.
La historia de Mercedes-Benz en los años 50 está señalada con páginas ‘agridulces’. En esa época de recuperación en Europa después de la II Guerra Mundial, y más en concreto en esa década, Mercedes sufrió un terrible acontecimiento deportivo que le apartó de las pistas del mundo, el conocido como desastre de Le Mans de 1955. Sin embargo, en el otro lado de la moneda, salieron a la luz dos vehículos que ya forman parte de las páginas de oro de la historia de Mercedes.
El primero, el Mercedes 300 SL –el famoso ‘alas de gaviota’–, un superdeportivo puro y duro que nació en 1954. Sólo un año después llegó una versión más asequible y modesta, el también mítico Mercedes 190 SL, que precisamente cumple 60 años en este 2015. Se presentó como prototipo en el Salón de Nueva York de 1954, como descapotable definitivo en el Salón de Ginebra de 1955 y comenzó su producción en mayo de ese mismo año.
Este descapotable biplaza, con capota de lona, vio producidas un total de 25.881 unidades en sus 8 años de vida comercial, de las que el 80 por ciento fueron a parar al otro lado de las fronteras germanas y, la mitad de esa cifra (el 40 por ciento del total), se vendió en los Estados Unidos. El Mercedes 190 SL montaba un motor de gasolina de cuatro cilindros, 1,9 litros y 105 CV, una mecánica bastante más modesta que el 300 SL, que nació como coupé y luego tuvo versión Roadster.
Se valió de una plataforma acortada del sedán W120, para dar lugar a un vehículo concebido para aportar mayor comodidad en los viajes largos, a un precio más contenido y, a pesar de no nacer con genes deportivos, sí tener un cierto estilo atractivo. De ahí su gran popularidad en ventas, que llega incluso a nuestros días en su compra-venta de vehículos de segunda mano.
El Mercedes 190 SL también tuvo una versión de competición: contaba con un parabrisas más reducido, puertas de aluminio sin ventanillas, paragolpes específicos, sin capota y con una puesta a punto para circuitos. En manos del piloto Douglas Steane (Hong Kong), se alzó con la victoria en el Gran Premio de Macao de 1956.