Toyota Auris Hybrid: piensa en verde y te sorprenderás
"Hola Jesús, mmm… es que no se si decírtelo o no… es que te voy a liar… ". Así, me empezó a hablar mi compañero Miguel García Puente para decirme que si quería probar el nuevo Toyota Auris Hybrid.
Nada más escucharle, pensé: "¿liarme a mí? Por probar un coche, cuando soy capaz de irme en patinete a mi casa…". La respuesta fue obvia: "pues claro, Miguel, ¡no hay problema!"
Después de las indicaciones oportunas, salí de la redacción “pensando en verde”: llevo un híbrido, llevo un híbrido… ¿cambiaría este cochecito mi forma habitual de conducir?
La verdad es que tenía que hacer unos recados con mi suegro por el centro de Madrid y eso me iba a permitir circular por una gran urbe entre el tráfico habitual de una tarde cualquiera.
Toyota Auris Hybrid, lo conocemos poco a poco
Lo primero que sorprende cuando te sientas dentro es su mini “palanca del cambio”, aunque no es para cambiar marchas, por lo que la manía, si la tienes, de poner la mano sobre la palanca en este coche cuando circulas es algo difícil. Otra de las cosas que sorprende cuando te sientas y das al botón de arrancar es que de primeras no suena. Lo primero que entra en funcionamiento es su motor eléctrico y luego si lo necesita arranca el motor de combustión… Mmm… interesante. Una vez en marcha es un compacto más. Un tamaño justo para llevar a alguien y/o algo y perfecto para aparcar en ciudad. Sí que es cierto que cuando puse la mochila en el maletero se nota que algo de espacio se pierde por el tema de las baterías, pero tampoco lo veo como un problema grande, salvo que fuera cargado con maletas todos los días. Después de atender los asuntos acerqué a mi suegro (conductor habitual de una gran berlina Diesel) a su casa y su comentarios eran más bien de sorpresa: "pero es cómodo", "pero si no suena", "pero, ¿no se cambia de marcha?","¿está encendido o se ha calado?, ¿y esta pantalla para qué sirve?…. Sus reticencias iniciales al explicarle que era esto de un híbrido iban desapareciendo y se transformaban en preguntas y curiosidad. Las mismas que me había hecho y que ya me habían contestado. Como a mi, el híbrido de Toyota había sido capaz de cambiar la mentalidad de una persona difícil de convencer y hacerle ver este Auris con otros ojos. Pero yo seguía mi camino y quería llegar a casa. Busco la salida más rápida a la M-30 y derecho para casa, lejos de Madrid. Una vez fuera de las calles con tráfico y semáforos el tema cambia algo. Es cierto que la comodidad de la ciudad en un coche que no suena y que no hay que cambiar marchas en el momento que sales a una vía rápida crees que le falta algo… y lo que le falta es lo siguiente: no suena casi y que no hay que cambiar.
Toyota Auris Hybrid, primeras sensaciones de conducción
Lo primero que notas es que si le exiges algo más el coche se revoluciona mucho y casi no avanza y eso de primeras te hace levantar el pie del acelerador. Pero en ese momento también piensas, pero ¡si es su forma de trabajar!, ¡cambia el chip! De esta forma, con tráfico fluido y dentro de los límites normales de circulación el coche da la talla, con su particular forma de trabajar. Es cierto, quizás, le cuesta algo más en la recuperaciones comparado con mi berlina diésel pero ¡hay que cambiar el chip y pensar en verde!
Y cuando llego a casa… ¡Ahggg, no entra en el garaje! Bueno, casi… su faldón delantero que hace mejorar su aerodinámica es muy bajito y entra en mi garaje rozando un poco y limpiando las hojas del suelo pero al final entra sin daños. Este es un tema para tener en cuenta cuando aparques en batería y lo acerques a la acera.
La siguiente reacción a la hora de conducir un coche híbrido como este Toyota Auris es la reacción de la familia: "¡cómo mola!, ¡es chulo!" Pero me interesaba otra opinión, teniendo un chaval en casa que se está sacando el carnet ahora y no está muy puesto en el mundo del motor. Le dejé la llave (por decir algo, es electrónica) y le digo: "mira lo que he traído, baja a verlo y me cuentas". Cuando sube, viene con ojos desconfiados y me dice: "¿pero dónde se pone la llave? Tampoco tiene palanca de cambio"… "No, es híbrido", le contesto y la llave la dejas en tu bolsillo…. Se queda pensando y vuelve a bajar al garaje. Al momento vuelve a subir ya con otra cara, "¡eso es que le gusta!", pensé. Pero sin entrar en muchos detalles y sin él ser una persona al que le gustan los coches me empieza a preguntar sobre cómo funciona y para qué sirven algunas cosas. Trata de asimilarlo y lo compara con su compacto de la autoescuela… pero le convence.
Un Toyota Auris Hybrid en mi día a día
Ya por la mañana me dispongo a realizar mi recorrido habitual que me trae al trabajo. A las 8:10 salgo y mi primera parada será el instituto. De primeras pongo el ordenador del coche a “cero” y arranco. Esta vez sí arranca de primeras el motor de gasolina. Se pone a contar en 99,9 l/100km, qué susto!
Salgo del garaje y ya en la misma puerta el coche para su motor de combustión y se queda en modo eléctrico. Empiezo a bajar la calle en silencio y veo a mi vecina saliendo de su casa para coger su coche. La pito y da un respingo:
– Uy! ¡Me has asustado! No te había oído. ¿Y ese coche? ¿Es nuevo?
– No, no,… es de pruebas, es un Toyota Auris Hybrid.
– ¡Pues, qué bonito! Me gustan sus faros (a otra persona que el Auris híbrido le ha convencido, en este caso, por su "mirada").
El trayecto al instituto prácticamente lo hace en modo eléctrico y cuando paro en la puerta (que parece más una parada de boxes de F1) salgo con más energía y el motor de gasolina tiene que hacer ya su función de tirar de la carrocería. Vuelvo a notar cómo se revoluciona el motor de gasolina e instintivamente levantas el pie del acelerador. No trabaja igual que mi coche, pero es que no es mi coche turbodiésel: es un híbrido. La primera parte del trayecto lo hago por carretera secundaria (M-103 y M-111) con lo que no se puede correr ni aunque quieras. Esa densidad de tráfico y esa tranquilidad hace que el Toyota saque lo mejor de sí en carretera poniéndose gran parte en modo eléctrico. En esta zona el consumo medio se queda en 4,3 l/100kms. Hasta que llegas a la zona del aeropuerto y las vías de doble carril hace que puedas exigir algo más al coche para adelantar a los conductores "perezosos mañaneros" y a algunos camiones. En este momento, el Toyota Auris Hybrid responde instintivamente, pero sin esa contundencia que me gusta sentir. Aquí, el consumo se nos dispara por momentos. Pero cuando paso el aeropuerto y entro a Madrid por la A-2, en este trayecto tengo unos kilómetros de retención hasta que llego a la incorporación de la calle Arturo Soria. Aquí, vuelve a sacar su poder eléctrico y gran parte de este camino usa kilowatios en vez de gasolina haciendo bajar de nuevo el consumo medio. Unas cosas por otras, supongo que te acostumbras a no asustarte, que luego desciende. Ya en la M-30, circunvalación de bajada y sin atasco el coche si mueve como pez en el agua a una velocidad cómoda y estable hasta la llegada a la oficina donde ha sido capaz de dejar el consumo medio en 4,1 l/100km…. ¡Ah, se me olvidaba! En el Toyota Auris Hybrid te acostumbras muy rápido a usar la retención del motor eléctrico, frenado éste que se incrementa al situar la pasar palanca de cambio de la posición D a la B.
En conclusión
Me ha gustado este Toyota Auris Hybrid, pero tienes que romper los moldes que conoces y pensar más en verde para no solo entenderlo, sino saberlo contar bien.