El ‘Infierno Verde’ se salva: así es Nürburgring

Tras años de dudas y con un futuro realmente incierto, el mítico circuito de Nürburgring ya tiene un nuevo comprador. La empresa alemana ‘Capricorn Group’ será, a partir del 1 de enero de 2015, la nueva propietaria de un trazado que encierra en sus 90 curvas y 20,832 kilómetros mucha historia y mucho peligro, pero que se ha confirmado como un lugar de peregrinaje para todos los amantes de los coches.

Nürburgring: un circuito cargado de historia

Nürburgring: un circuito cargado de historia

Nürburgring: un circuito cargado de historia

Nürburgring: un circuito cargado de historia

La vida para muchos se mueve por pasiones, algunas de ellas te llevan a peregrinar a lugares de culto. Unos van a Santiago de Compostela, otros a La Meca, y nosotros, los amantes de los coches y del ‘Motorsport’, tenemos en nuestra mente el circuito de Nürburgring como el gran templo del automovilismo mundial. El ‘Infierno Verde’, como lo llamó en su día el tricampeón de F1 Jackie Stewart, o Nordschleife, la denominación del trazado antiguo, ha sido escenario de multitud de carreras a lo largo de sus 87 años de historia. Con diferentes variaciones en su trazado que han acogido decenas de categorías diferentes, con victorias de pilotos míticos ascendidos a la categoría de ‘Ringmeister’ (algo así como los ‘maestros’ del circuito) como Tazio Nuvolari, Alberto Ascari, Juan Manuel Fangio o Jacky Ickx, pero también con escalofriantes accidentes y muertes en pista debido a peligrosidad siempre imperante en el trazado.

Las últimas noticias que nos llegan desde las montañas de Eifel, en el occidente alemán –ubicación del Nordschleife–, es que la empresa alemana proveedora de piezas de automóviles ‘Capricorn Group’ será la nueva propietaria del circuito a partir del 1 de enero de 2015. Tras años con un futuro incierto, los dueños actuales han aceptado su oferta, que asciende hasta los 100 millones de euros. Además, han prometido una inversión extra de 25 millones de euros, con el fin de mejorar las instalaciones de todo el complejo que rodea al circuito. Se habló en su día incluso que el patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, estaba interesado en su compra.

Durante estos años de incertidumbre, se creó una plataforma llamada ‘Save The Ring’, que denunciaba el despilfarro realizado por el gobierno alemán entre el año 2007 y 2009 en la construcción de un complejo comercial en el mismo circuito. La deuda pública generada por esta obra llamada irónicamente ‘NüroDisney’ ascendió a más de 350 millones de euros, sin haber recibido la acogida en forma de público que se esperaba. ‘Save The Ring’ recogió firmas para evitar que el circuito cayese en manos de cualquier empresa privada, creando en las redes sociales diferentes perfiles para darse a conocer.

Circuito de Nürburgring

Una historia cargada de emoción… y peligro

El circuito de Nürburgring inició su construcción en 1925 y acogió su primera carrera, el Gran Premio de Alemania, en 1927. Por aquél entonces, el circuito estaba formado por tres secciones: Nordschleife, de 22,8 km, Südschleife, de 7,5 km, y un óvalo de 2,24 km. Tan sólo tres años después, en 1930, pasaría a usarse únicamente la sección norte.

La sección sur y el óvalo quedan ya para el recuerdo tras la construcción del circuito que acoge actualmente gran parte de las carreras que se disputan en Nürburgring. Este trazado, de 4,5 kilómetros de longitud, se estrenó en 1985 y supuso el regreso de la Fórmula 1, tras el terrible accidente de Niki Lauda que casi le cuesta la vida en 1976. En la actualidad, la máxima categoría del automovilismo disputa el GP de Alemania cada dos años, alternándose con Hockenheimring. Otras pruebas de resistencia alemanas, como las series VLN –cuya prueba principal son las 24 Horas de Nürburgring–, unen el trazado más moderno con los 20,8 km actuales del Nordschleife, conformando así un circuito de 26 kilómetros, con 40 curvas a izquierda, 50 a derecha, y un desnivel de 300 metros de altura entre el punto más alto y el más bajo.

Subidas del 17 por ciento, bajadas del 11 por ciento, curvas ciegas, curvas peraltadas como el famoso ‘Karrusel’… Forman parte de un circuito en el que cualquier conductor puede meter su coche por 23 euros y dar una vuelta, o bien realizar otras actividades como copilotajes, visitas turísticas, o bien correr con karts y experiencias off-road en otras partes del propio recinto.

Circuito de Nürburgring

Circuito ‘personal’ de los fabricantes

Las marcas de automóviles utilizan cada vez más el circuito de Nürburgring para poner a punto sus nuevos coches, rescatando el espíritu original del trazado. Y es que en su concepción, Nürburgring se creó como lugar de pruebas de los fabricantes alemanes de la época. La ‘pelea’ que vivimos en nuestros días no sólo se centra en realizar las puestas a punto de los modelos deportivos de las marcas, sino que va más allá. Poder asociar un nuevo vehículo con la palabra ‘récord’ en este trazado es ya una estrategia de márketing más.

Una de las últimas noticias al respecto la protagonizó el nuevo Seat León Cupra, que marcó el récord del circuito para un tracción delantera de serie (7 minutos y 58 segundos). Pero en la actualidad, el mejor tiempo para un coche de serie lo ostenta el Radical SR8LM, con un tiempazo de 6 minutos y 48 segundos. Sin embargo, este tiempo fue realizado con neumáticos ‘slicks’ que, obviamente, no tienen permitido su uso en carretera abierta. Sí que hay que tener en cuenta, por ejemplo, el tiempo de 6 minutos y 57 segundos que ha completado recientemente el superhíbrido descapotable Porsche 918 Spyder.

Eso sí, el vehículo que presume de tener el récord absoluto en Nordschleife es el prototipo de competición Porsche 956, que en 1983 completó un giro de 6 minutos y 11 segundos. Unos niveles de prestaciones espectaculares, sobre todo si los comparamos con los Fórmula 1 de los 70: fue Niki Lauda el primero en bajar de los 7 minutos en la sesión de clasificación del GP de 1976, un día antes de su terrible accidente.

Nuestra opinión

Cualquier amante de los coches y de las carreras debería estar al menos una vez en Nürburgring. Presenciar carreras detrás de las viejas pistas del bosque de Nurburg no tiene precio. Y si se puede, poder dar una vuelta al trazado en cualquier tipo de vehículo debe de ser una experiencia increíble… y peligrosa. Porque no lo olvidemos, es un circuito con muchos años a sus espaldas, con medidas de seguridad mínimas, con curvas muy peligrosas y una longitud extremadamente larga. Si alguna vez tienes la suerte de ir, te recomiendo aprenderte el circuito entero (tarea no muy fácil) en un videojuego de carreras. Lo agradecerás. Por algo lo llaman ‘el Infierno Verde’.