Coches para el recuerdo: Seat Málaga Injection (1987-1991)

El Seat Málaga Injection ya se puede considerar uno de esos coches clásicos con encanto que a día de hoy sigue teniendo una gran legión de seguidores. Repasamos los datos e historias más curiosas de este coche para el recuerdo.

Un clásico muy especial: el Seat Málaga Injection, en fotos

Un clásico muy especial: el Seat Málaga Injection, en fotos

Un clásico muy especial: el Seat Málaga Injection, en fotos

Un clásico muy especial: el Seat Málaga Injection, en fotos

El período histórico en el que apareció el Seat Málaga fue bastante complejo para la firma española. Con el Ibiza y el Málaga, Seat fue capaz de superar el periodo entre alianzas, tras romper con Fiat y antes del acuerdo con Volkswagen, seguramente la etapa más difícil de su historia.

El criterio para valorar un clásico, como compra, no es el mismo que para un coche nuevo. Tiene poco sentido que les cuente aquí si un Ford Orion o un Fiat Regata son mejores que un Seat Málaga desde un punto de vista práctico. Por eso, quien esté leyendo estas líneas con tal fin, seguramente es porque tiene interés en el Málaga, no en cualquier otra cosa parecida de aquella época. Dicho esto, un Málaga no era mejor que un Orion o un Regata.

El Seat Málaga apareció en 1985 como la tercera reencarnación del Ritmo, después del Ronda y del Ibiza. Realmente el Málaga, más que un sucesor del 131 y un antecesor del Toledo, era el precedente del Córdoba. Dimensionalmente, el bastidor era muy semejante al del Ibiza que apareció un año antes (prácticamente las mismas batalla y vías) y con idéntica suspensión McPherson en los dos ejes, atrás con un ballestón transversal como muelle. Seat no estaba entonces para afrontar la inversión de un modelo completamente nuevo.

Seat Málaga InjectionLo más singular de esa generación de Seat fue el motor System Porsche. No era un prodigio de rendimiento pero sí un logro industrial porque permitió, con los mimbres que había, seguir adelante sin los motores de Fiat y aguantar hasta que llegaron los de Volkswagen.

El motor System Porche ilustra en cierta forma lo que consiguió Seat en aquella época: por una parte, sobrevivir al vacío que se les quedó bajo los pies entre la etapa de Fiat y la de Volkswagen. Por otra, hacerlo con un producto que seguramente fue el mejor posible en aquellas condiciones.

Seat Málaga Injection: su motor

Entre los requerimientos que Seat hizo a Porsche como consultor estaba que el motor fuera económico de fabricar y mantener. Partiendo de un bloque existente, se prefirió la simplicidad de una culata tipo Heron (culata plana con la cámara en el pistón). Aunque desde el punto de vista del rendimiento no es la solución ideal, es sencilla de fabricar. Tiene una ventaja adicional: en caso de sobrerrégimen hay menos posibilidades de que un pistón dañe una válvula porque, al ser perpendiculares, pueden ir hacia arriba sin doblarse.

Seat Málaga InjectionLa inyección es una Bosch Jetronic LE/LE2, con su característico caudalímetro en “L” mucho más duradero que los posteriores. Aunque la inyección sea lo más distintivo de esta versión, es lo que menos problemas va a dar si hace falta algún repuesto. La versión con catalizador para la variante de exportación no tenía la misma inyección.

De hecho, esta versión tiene varios elementos diferentes de la de carburador: la culata (distintos conductos), los pistones (más relación de compresión) y el colector de escape. Esto puede ser un problema si hacen falta piezas porque es difícil encontrar un Málaga Injection como donante y no se puede aprovechar mucho del de un Málaga de carburador, la solución es buscar un Ibiza SXI. Afortunadamente, la mecánica es resistente y la electrónica, sencilla. Lo que suele dar más problemas son elementos periféricos, como el circuito de refrigeración, parte de la instalación eléctrica y alguna junta, especialmente la de la tapa de la culata.

Seat Málaga Injection: chasis y transmisión

La configuración general de la suspensión del primer Ibiza y del Málaga es la del Fiat 128, antecesor del Ritmo. La alineación de las ruedas y el desgate irregular de los neumáticos es una de las cosas que hay que mirar, aunque no es un problema que tenga una solución difícil. Lo más costoso de solucionar por desgaste en la suspensión delantera es cambiar los casquillos y el apoyo de los amortiguadores. No tiene el problema del Ibiza con la caída de las ruedas traseras. Lo que sí hay que esperar (pasaba cuando era nuevo) es un cambio muy apreciable en las reacciones con el maletero vacío y cargado.

Seat Málaga Injection

A diferencia de las versiones de carburador, los discos delanteros son ventilados y el servofreno es de 8”; otras piezas son intercambiables. No tienen más problemas que el mantenimiento y el desgaste normal. La dirección, que no tiene asistencia, es pesada, lenta y tiene un volante demasiado inclinado. No da problemas, salvo tener la alineación bien hecha.

Con el cambio pasa lo mismo: si parece ruidoso y la palanca no particularmente precisa, no es que el coche tenga un problema, es que es así. Este versión tenía el grupo corto de la gama (4,29) pero la caja era más bien abierta y los desarrollos resultantes son tirando a largos para una versión deportiva de la época (hoy nos parecerán normales). Alcanza la velocidad máxima en 5ª pero en esa marcha no llega al régimen de potencia máxima.

Seat Málaga Injection: carrocería

La fabricación del Málaga tenía más en común con la de los modelos de origen Fiat que con los de origen Volkswagen. La protección contra la corrosión era mediana, hay que tener una atención especial en las zonas donde escurre el agua y, por si acaso, mirar por debajo el suelo del coche. Donde es más fácil que aparezca corrosión es en el soporte de la batería.

La diferencias exteriores con otros Málaga eran decorativas y hay muchas piezas intercambiables. Otras son exclusivas de este modelo y algunas cambiaban en el Málaga de segunda serie, como el logotipo “Injection”.

Seat Málaga InjectionSeat Málaga Injection: interior y electricidad

La calidad de los plásticos y el diseño interior se criticó mucho en su momento (y después), principalmente a la primera serie del Málaga. Efectivamente no era un paradigma de la calidad, pero en un coche con estos años lo importante no es cómo era sino cómo está. Es fácil comprobar que no haya piezas descoloridas o deformadas y, si el coche ha llegado bien hasta ahora, sólo hay que tener cuidado con el sol para que no pase. En el repaso de carrocería también hay que examinar los accionamientos eléctricos (que no son muchos), todas las cerraduras y, claro, la tapicería.

Seat Málaga: árbol genealógico

1985: Lanzamiento del Seat Málaga como continuación del programa de modelos comenzado con el Ibiza un año antes. Como el Ibiza, los elementos que distinguen al Málaga son la carrocería Itadesign y los motores System Porsche.

1987: Lanzamiento de la versión Injection. Un año antes Seat había empezado a vender en otros mercados una versión con inyección Bosch LU Jetronic y catalizador.

1989: Cambios de carrocería en el exterior y el interior que afectan a la versión Injection y al resto de la gama. Seat introduce elementos de equipamiento como el aire acondicionado.

1991: Final de la producción del Málaga, con más de doscientas mil unidades.

Seat Málaga Injection. Ficha técnica

Dato técnico Seat Málaga Injection
Motor 4 cilindros en línea
Cilindrada 1.461 cm3
Potencia 100 CV a 5.900 rpm
Tracción Delantera
Cambio Manual de 5 marchas
Velocidad máxima 172 km/h
Aceleración 0-100 km/h 12,6 s

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El criterio para valorar un clásico, como compra, no es el mismo que para un coche nuevo. Tiene poco sentido que les cuente aquí si un Ford Orion o un Fiat Regata son mejores que un Seat Málaga desde un punto de vista práctico. Por eso, quien esté leyendo estas líneas con tal fin, seguramente es porque tiene interés en el Málaga, no en cualquier otra cosa parecida de aquella época. Dicho esto, un Málaga no era mejor que un Orion o un Regata.

El Seat Málaga apareció en 1985 como la tercera reencarnación del Ritmo, después del Ronda y del Ibiza. Realmente el Málaga, más que un sucesor del 131 y un antecesor del Toledo, era el precedente del Córdoba. Dimensionalmente, el bastidor era muy semejante al del Ibiza que apareció un año antes (prácticamente las mismas batalla y vías) y con idéntica suspensión McPherson en los dos ejes, atrás con un ballestón transversal como muelle. Seat no estaba entonces para afrontar la inversión de un modelo completamente nuevo.

Seat Málaga InjectionLo más singular de esa generación de Seat fue el motor System Porsche. No era un prodigio de rendimiento pero sí un logro industrial porque permitió, con los mimbres que había, seguir adelante sin los motores de Fiat y aguantar hasta que llegaron los de Volkswagen.

El motor System Porche ilustra en cierta forma lo que consiguió Seat en aquella época: por una parte, sobrevivir al vacío que se les quedó bajo los pies entre la etapa de Fiat y la de Volkswagen. Por otra, hacerlo con un producto que seguramente fue el mejor posible en aquellas condiciones.

Seat Málaga Injection: su motor

Entre los requerimientos que Seat hizo a Porsche como consultor estaba que el motor fuera económico de fabricar y mantener. Partiendo de un bloque existente, se prefirió la simplicidad de una culata tipo Heron (culata plana con la cámara en el pistón). Aunque desde el punto de vista del rendimiento no es la solución ideal, es sencilla de fabricar. Tiene una ventaja adicional: en caso de sobrerrégimen hay menos posibilidades de que un pistón dañe una válvula porque, al ser perpendiculares, pueden ir hacia arriba sin doblarse.

Seat Málaga InjectionLa inyección es una Bosch Jetronic LE/LE2, con su característico caudalímetro en “L” mucho más duradero que los posteriores. Aunque la inyección sea lo más distintivo de esta versión, es lo que menos problemas va a dar si hace falta algún repuesto. La versión con catalizador para la variante de exportación no tenía la misma inyección.

De hecho, esta versión tiene varios elementos diferentes de la de carburador: la culata (distintos conductos), los pistones (más relación de compresión) y el colector de escape. Esto puede ser un problema si hacen falta piezas porque es difícil encontrar un Málaga Injection como donante y no se puede aprovechar mucho del de un Málaga de carburador, la solución es buscar un Ibiza SXI. Afortunadamente, la mecánica es resistente y la electrónica, sencilla. Lo que suele dar más problemas son elementos periféricos, como el circuito de refrigeración, parte de la instalación eléctrica y alguna junta, especialmente la de la tapa de la culata.

Seat Málaga Injection: chasis y transmisión

La configuración general de la suspensión del primer Ibiza y del Málaga es la del Fiat 128, antecesor del Ritmo. La alineación de las ruedas y el desgate irregular de los neumáticos es una de las cosas que hay que mirar, aunque no es un problema que tenga una solución difícil. Lo más costoso de solucionar por desgaste en la suspensión delantera es cambiar los casquillos y el apoyo de los amortiguadores. No tiene el problema del Ibiza con la caída de las ruedas traseras. Lo que sí hay que esperar (pasaba cuando era nuevo) es un cambio muy apreciable en las reacciones con el maletero vacío y cargado.

Seat Málaga Injection

A diferencia de las versiones de carburador, los discos delanteros son ventilados y el servofreno es de 8”; otras piezas son intercambiables. No tienen más problemas que el mantenimiento y el desgaste normal. La dirección, que no tiene asistencia, es pesada, lenta y tiene un volante demasiado inclinado. No da problemas, salvo tener la alineación bien hecha.

Con el cambio pasa lo mismo: si parece ruidoso y la palanca no particularmente precisa, no es que el coche tenga un problema, es que es así. Este versión tenía el grupo corto de la gama (4,29) pero la caja era más bien abierta y los desarrollos resultantes son tirando a largos para una versión deportiva de la época (hoy nos parecerán normales). Alcanza la velocidad máxima en 5ª pero en esa marcha no llega al régimen de potencia máxima.

Seat Málaga Injection: carrocería

La fabricación del Málaga tenía más en común con la de los modelos de origen Fiat que con los de origen Volkswagen. La protección contra la corrosión era mediana, hay que tener una atención especial en las zonas donde escurre el agua y, por si acaso, mirar por debajo el suelo del coche. Donde es más fácil que aparezca corrosión es en el soporte de la batería.

La diferencias exteriores con otros Málaga eran decorativas y hay muchas piezas intercambiables. Otras son exclusivas de este modelo y algunas cambiaban en el Málaga de segunda serie, como el logotipo “Injection”.

Seat Málaga InjectionSeat Málaga Injection: interior y electricidad

La calidad de los plásticos y el diseño interior se criticó mucho en su momento (y después), principalmente a la primera serie del Málaga. Efectivamente no era un paradigma de la calidad, pero en un coche con estos años lo importante no es cómo era sino cómo está. Es fácil comprobar que no haya piezas descoloridas o deformadas y, si el coche ha llegado bien hasta ahora, sólo hay que tener cuidado con el sol para que no pase. En el repaso de carrocería también hay que examinar los accionamientos eléctricos (que no son muchos), todas las cerraduras y, claro, la tapicería.

Seat Málaga: árbol genealógico

1985: Lanzamiento del Seat Málaga como continuación del programa de modelos comenzado con el Ibiza un año antes. Como el Ibiza, los elementos que distinguen al Málaga son la carrocería Itadesign y los motores System Porsche.

1987: Lanzamiento de la versión Injection. Un año antes Seat había empezado a vender en otros mercados una versión con inyección Bosch LU Jetronic y catalizador.

1989: Cambios de carrocería en el exterior y el interior que afectan a la versión Injection y al resto de la gama. Seat introduce elementos de equipamiento como el aire acondicionado.

1991: Final de la producción del Málaga, con más de doscientas mil unidades.

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Motor 4 cilindros en línea
Cilindrada 1.461 cm3
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